Las lesiones ligamentarias de la rodilla se producen como consecuencia de acciones mas o menos violentas (en deportes de contacto son frecuentes) y durante las rotaciones forzadas. Las laceraciones de los ligamentos anterior y laterales, pueden llegar a representar el 80% de las roturas ligamentarias, mientras que, las del posterior, son de mucho menor ocurrencia. Todas las estructuras blandas contribuyen al mantenimiento de la estabilidad articular, de manera tal que, a mayor violencia traumatica, mas grave sera el compromiso lesional, tal como sucede en los impactos de alta energia.
El ligamento cruzado anterior impide que: a) el femur del deportista se deslice hacia atras durante la carga; b) la rotacion interna anormal de la tibia por la tension y c) la torsion en el ligamento cruzado posterior. Este ligamento ejerce un control sobre la rotacion externa anormal de la tibia.
El ligamento lateral externo se origina en el epicondilo femoral externo y se inserta en la cabeza del perone. Queda tenso en extension, pero se relaja a medida que se flexiona la rodilla.
El ligamento cruzado posterior es un estabilizador basico de la rodilla, cuya tension es maxima en las posiciones intermedias; tambien resiste la hiperextension contribuyendo a la estabilidad interna de la rodilla.