DOLOR
La sensación de dolor es una señal natural que nos advierte que algo no anda bien en nuestro organismo, por lo cual podemos decir que el dolor es una experiencia destinada a la protección cuyas características son susceptibles de un control superior. Para sobrevivir, cada organismo debe ser capaz de ajustarse rápidamente a los cambios de su ambiente, lo que es posible solamente cuando un estímulo permite una respuesta de adaptación. La nocicepción es un término neurofisiológico que se refiere a los mecanismos por los cuales se detecta un estímulo nocivo. A pesar de que los umbrales nociceptivos tal y como se miden en el laboratorio son constantes entre distintas personas, la experiencia del dolor y la capacidad para tolerarlo varían considerablemente de un individuo a otro y de acuerdo a la circunstancia.
INFLAMACION
Tras el estímulo nocivo se produce un enrojecimiento debido a una mayor afluencia de sangre (hiperemia). Poco después, la zona comienza a hincharse y aparece el dolor. Desde la microcirculación empieza a salir líquido con proteínas y algunas células: el exudado, que forma el edema inflamatorio. Al aumentar la presión que provoca el edema, y también por unas sustancias liberadas durante la inflamación llamadas quininas, se etimulan las terminaciones nerviosas de la zona y se advierte dolor. Las células implicadas en el proceso inflamatorio son: los leucocitos, especialmente los granulocitos, los monocitos e histiocitos (denominados fagocitos) y los plasmocitos y mastocitos.
Durante la dilatación de los pequeños vasos de la microcirculación, hay una primera etapa de hiperemia activa (la velocidad de la sangre aumenta) y otra de hiperemia pasiva o estasis (la velocidad de la sangre disminuye); en esta segunda fase, los leucocitos se adhieren a la pared endotelial y salen del vaso a través de las uniones entre las células endoteliales (proceso denominado diapedesis). Son atraídos hacia la región dañada gracias a la quimiotaxis y ejerciendo su función de fagocitosis.
La información nociceptiva puede modificarse a través de las vías neurales descendentes. La estimulación eléctrica periacueductal produce analgesia, probablemente mediada por la liberación de sustancias endógenas que actúan sobre los receptores opiáceos. El circuito de la vía analgésica descendente parece afectar a la proyección desde la sustancia gris periacueductal hasta la médula rostroventral, que al volver proyecta vía cordón dorsolateral, al asta dorsal. Las endorfinas y las drogas opiáceas actúan en estas regiones suprimiendo a las interneuronas inhibitorias. Además de este sistema descendente, una proyección noradrenérgica desde el locus ceruleus en la protuberancia dorsal, parece inhibir a las neuronas del asta dorsal en su respuesta a los estímulos nociceptivos.
La nocicepción comprende dos etapas: la transducción del estímulo nocivo por las terminaciones nerviosas periféricas y la transmisión de esas señales hacia el sistema nervioso central. El impulso nociceptivo se modula en cada nivel de la vía sensitiva aferente, desde el nervio periférico hasta la corteza cerebral. Dado que el dolor severo puede desorganizar el comportamiento e interferir con la capacidad de huir del peligro, la posibilidad de suprimirlo puede ser vital.
Nociceptores periféricos:
Los receptores para el dolor se encuentran en la piel, en las estructuras musculoesqueléticas y en las vísceras. Los receptores cutáneos (terminaciones nerviosas libres) transducen estímulos mecánicos, térmicos o químicos en un tren de potenciales eléctricos que se transmiten por sus axones hacia la médula espinal. Los cuerpos celulares de los nociceptores periféricos se encuentran en los ganglios de la raíz dorsal, y la primera sinapsis se realiza a nivel del asta dorsal de la médula espinal, tanto con las interneuronas locales como con las neuronas de proyección que llevan la información nociceptiva hacia centros superiores en el tronco cerebral y en el tálamo.
Los dolores son clasificados, de acuerdo con su origen, en somáticos y viscerales.
Dolor somático
Cuando la sensación dolorosa se produce a nivel de la piel, del aparato locomotor o del
tejido conectivo, se habla de dolor somático. Puede adoptar 2 formas: cuando el estímulo
se localiza a nivel de la piel, entonces se habla de dolor superficial, mientras que el
que se produce a nivel muscular, óseo o del tejido conjuntivo es considerado como dolor
profundo.
El dolor superficial, que se produce por ejemplo luego de un pinchazo, se compone de 2
partes. El primer dolor superficial tiene un carácter agudo, es bien localizado y
desaparece rápidamente luego de frenado el estímulo. Este estímulo doloroso suele
acompañarse de reacciones rápidas de huida, como el retirar el pie al pisar un pedazo de
vidrio, a fin de evitar más daños al organismo. A este dolor superficial primario le
sigue a menudo un dolor superficial secundario, que en general es de carácter sordo o
urente, que es más difícil de localizar y que desaparece más lentamente. Este dolor
superficial secundario es neurológicamente idéntico al dolor profundo, que origina, por
ejemplo la cefalea - una de las formas de dolor más común que afecta a los seres
humanos.
Dolor visceral
El contrapuesto al dolor somático es el dolor visceral. Es semejante a un dolor de
carácter sordo y, junto con las reacciones de tipo vegetativo, al dolor profundo. Aparece
por frente a la dilatación o los espasmos (en el dolor menstrual) de la musculatura lisa,
en las hemorragias y en los procesos inflamatorios. Se puede presentar como dolor duradero
como en los dolores estomacales o de tipo periódico como en los cólicos.
Dolor neurógeno
Junto al dolor somático y al visceral se puede presentar finalmente el dolor neurógeno.
Se origina por el estímulo de fibras nerviosas, cuando las mismas son dañadas o
interrumpidas, presentando un carácter agudo. Ejemplos de este tipo de dolor es la
neuralgia del trigémino y el dolor fantasma luego de amputaciones: el individuo afectado
refiere dolor del miembro amputado. El estímulo doloroso se origina a nivel del muñón
de la amputación.
Dolor agudo y duradero
Además de su origen el dolor puede diferenciarse de acuerdo con su duración:
* el dolor agudo tiene un tiempo limitado, desapareciendo rápidamente. Este dolor puede
tolerarse incluso sin medicamentos como en los tratamientos odontológicos.
* el dolor crónico puede presentarse como duradero en el dolor lumbar o tumoral o
recurrente como en las cefaleas o angina de pecho). Los dolores crónicos son en general
difíciles de tolerar.
Dolor psicógeno
No todos los dolores tienen su origen en los receptores dolorosos. A veces puede
prevalecer una afección psicológica, en la cual el paciente no puede manifestar sus
conflictos de otra manera que refiriendo dolores. La afección psicológica puede
presentarse bajo una forma somática, como un dolor.