Hoy en día la expectativa de vida supera los 70 años, lo que trae aparejado problemas de salud a nivel individual y general. Por un lado, al aumentar la edad aparecen cambios fisiológicos producto del paso de los años sobre el organismo y de la mayor exposición a fenómenos ambientales. Por otra parte, aumenta la población geronte respecto a la adolescente, con lo que la población general envejece.
Envejecimiento Normal
El envejecimiento normal consiste en cambios graduales en la estructura del organismo, acaecidos por el transcurrir de los años y no a causa de procesos patológicos o accidentales. El envejecimiento patológico es el deterioro físico y mental por el acúmulo sucesivo de daños tanto primarios como secundarios a procesos vasculares, infecciosos o tumorales.
El envejecimiento del sistema nervioso central tiene como indicador el deterioro intelectual y mnésico. Los cambios en el tejido nervioso vinculados con la edad resultan en muerte y atrofia neuronal, acumulación de lipofucsina y en hiperreactividad astrocitaria; también se produce aumento de sustancia amiloide perivascular y aparición de ovillos neurofibrilares en ciertas zonas.
Por su capacidad aceptora de electrones, el oxígeno es utilizado en el organismo para oxidar los nutrientes y obtener energía. Estas reacciones se llaman en conjunto cadena respiratoria, y tienen lugar en la mitocondria. Cuando la cadena respiratoria funciona, se sintetiza ATP y se produce la respiración celular, fluyendo los electrones desde los nutrientes hasta el oxígeno para formar agua. En este proceso pueden producirse radicales libres del oxígeno (RLO). En condiciones normales los RLO son neutralizados rápidamente impidiendo que ejerzan un papel tóxico dañando proteínas, lípidos y ácidos nucleicos. Con los años, esta neutralización deja de ser eficaz, y se produce la disfunción e incluso la muerte celular.
Durante la vida, el tejido nervioso sufre cambios llamados canónicos, es decir aquellos que se producen en toda especie vinculados a la edad. Tales cambios, evidenciados anatomopatológicamente, resultan en la acumulación de lipofucsina o pigmento de la edad y en la hiperreactividad astrocitaria. Con el transcurrir de los años se observan otros cambios, como el aumento de las sustancia amiloide perivascular, la aparición de ovillos neurofibrilares y la pérdida neuronal también sin demostrarse fehacientemente su relación canónica. A continuación se examinan las hipótesis actuales que determinan el envejecimiento del tejido nervioso.
Apoptosis
Es la muerte celular programada. En términos funcionales, ciertas células mueren para dejar su lugar a otras durante la evolución orgánica. Se trata de un fenómeno genéticamente controlado. Antes de morir, las células apoptóticas sufren retracción nuclear y eosinofilia, a diferencia de las necróticas, en las que se observa edema citoplásmico y ruptura de las estructuras subcelulares.
Autocanibalismo Neuronal
La Colina es una sustancia fundamental para las neuronas. Las neuronas colinérgicas la usan para la síntesis de su neurotransmisor específico, la Acetilcolina, pero además toda neurona la usa para la síntesis del fosfolípido de membrana Fosfatidilcolina, que se incorpora a dicha estructura. Cuando una persona envejece el sistema de transporte bidireccional se reduce marcadamente. Así las neuronas colinérgicas centrales resultan vulnerables con el correr del tiempo al déficit de Colina que se establece por la reducción de capacidad de transporte y la mala alimentación del anciano. Frente a la demanda de su neurotransmisor Acetilcolina, las neuronas recurren a la Fosfatidilcolina de la membrana para suplir la falta de Colina, dañando la arquitectura y funcionalismo normal de las membranas, pudiendo conducir al daño neuronal definitivo.
Acumulación de Pigmentos
Algunas neuronas sintetizan pigmentos relacionados con el metabolismo del neurotransmisor que utilizan. Otras acumulan lipofucsina debido al envejecimiento. Su papel lesivo se debe al efecto de masa en el interior de la célula, provocando el deterioro neuronal.
Fragmentos proteásicos de la proteína ß-amiloide generados mediante mecanismos desconocidos, se acumulan en el espacio extracelular precipitando en forma de ovillos neurofibrilares. Tales ovillos en número inadecuado, desencadenan reacciones inflamatorio-gliales que culminan en atrofia y muerte.
Excitotoxicidad
Se trata del daño ocasionado por sobreestimulación del glutamato, un neurotransmisor excitatorio que se acumula en el espacio intersináptico tras la anoxia tisular. Ejerce sus efectos a través de los receptores NMDA (canal iónico para el Na+ y el Ca2+). El aumento de Ca2+ libre intracelular dispara los procesos energéticos, altera el citoesqueleto, daña las mitocondrias y activa proteasas intracelulares. Con todo ello, se produce la muerte celular. Estas alteraciones mediadas por el glutamato pueden potenciar el déficit energético: con concentraciones elevadas de Ca2+ intracelulares, la mitocondria tiende a tomarlo en lugar de producir adenosintrifosfato (ATP) causando mayor daño. Los niveles altos de Ca2+ también activan proteasas, lipasas y endonucleasas, mediando un proceso autodestructivo.
Déficit de Factor de Crecimiento Neuronal (NGF)
El NGF posee la capacidad para aumentar la supervivencia y la regeneración de las neuronas colinérgicas y por ello resulta importante considerar su déficit como un factor agregado al daño neuronal por envejecimiento o por procesos patológicos.
Atrofia Neuronal
La atrofia neuronal se evidencia con una disminución del tamaño celular y del árbol dendrítico. Como esto ocurre en las enfermedades degenerativas (Alzheimer) se ha especulado que la atrofia o pérdida colinérgica central asociada a la edad, sería responsable de la declinación en las funciones intelectuales y cognitivas de la vejez. Sin embargo, la atrofia puede confundir la interpretación histopatológica del tejido nervioso, ya que los núcleos y células pequeñas pueden pasar por células gliales y por ende sobrestimar la muerte neuronal. Asimismo, una neurona atrófica no necesariamente es afuncional, sino que sus cambios pueden reflejar mecanismos adaptativos. Atrofia no significaría necesariamente pérdida funcional y el grado de desaparición neuronal puede no ser el correcto. De no mediar circunstancias patológicas agregadas, las neuronas restantes son capaces de suplir las que faltan. Por ello la “discapacidad intelectual debida a la edad” revierte en gran parte por acción del entrenamiento.