CONDUCCION DEL DOLOR
Todas las personas experimentamos dolor. Se trata de uno de los síntomas más frecuentes y difíciles de tratar. Esta sensación es debida a las señales que emiten las terminales nerviosas para el dolor, denominadas nociceptores, y que viajan a través de los nervios periféricos que recorren el cuerpo hacia el sistema nervioso central, el cerebro y la médula espinal. Se reúnen en el cuerno posterior medular, una región que actúa clasificando los mensajes del dolor. Las señales se transmiten al tálamo y la corteza cerebral, donde la sensación se hace consciente. El procesamiento psico-físico puede variar según la personalidad, el estado de ánimo y la educación. El dolor provoca también reacciones vegetativas, como la taquicardia, el aumento de la presión arterial, la sudoración y el aumento de la frecuencia respiratoria. El dolor es considerado hoy como una parte del sistema protector, advirtiendo oportunamente al organismo acerca de estímulos nocivos externos.



La raíz posterior de la médula se encuentra dividida en seis láminas superpuestas interconectadas entre sí. Las neuronas de la lámina II son fundamentalmente interneuronas, y las de las láminas I y V proyectan al núcleo posterolateral ventral del tálamo.

1 Raíz posterior
2 Interneuronas
3 Fibras A
4 Fibras C
5 Fibras A
6 Células sensitivas del 
   ganglio espinal dorsal
7 Médula espinal
8 Raíz anterior
9 Vías ascendentes