La cabeza del fémur está irrigada por la arteria del ligamento redondo, los vasos retinaculares posterosuperiores, los vasos retinaculares posteroinferiores y en menor escala por los vasos del cuello femoral.
Se dividen en dos grupos: fracturas intracapsulares o mediales, que ocurren en el cuello anatómico del fémur, y fracturas extracapsulares o laterales, que afectan al macizo trocanteriano.
Es la menos común de las luxaciones (cinco veces menos frecuentes que las luxaciones posteriores) y se origina debido a un movimiento de abducción extrema y rotación externa del fémur, causado por un golpe violento desde atrás. La cabeza femoral luxada rompe la parte anterior e inferior de la cápsula articular, desplazándose a la región obturatriz, pudiendo ascender hasta el pubis y periné.
Es la que se produce con mayor frecuencia y suele ocurrir debido al impacto de un fuerte golpe sobre la rodilla flexionada estando el fémur en aducción y rotación interna. Por lo general, la cabeza femoral sale del cotilo, perfora la cápsula articular y llega hasta la fosa ilíaca externa. Es común en los accidentes de automóvil y en deportes como el rugby y el fútbol.
El trazo de fractura se inicia en la parte superior, en el lugar de penetración de los vasos retinaculares posterosuperiores, con lo cual se lesiona el pedículo de vascularización fundamental para la cabeza del fémur. El trazo de estas fracturas es dentado. El indicio más valedero de fractura es la impotencia funcional: el paciente no puede despegar el pie del plano de apoyo en el lecho.
a) Fractura cervicotrocantérica o basicervical: el trazo de fractura atraviesa la zona límite entre el cuello femoral y el macizo trocanteriano.
b) Fractura intertrocantérica o pertrocantérica: el trazo de fractura atraviesa el macizo óseo trocanteriano; el trocánter menor suele quedar fijo en el fragmento distal.
c) Es la fractura más frecuente de las laterales o extracapsulares. La porción del fragmento proximal penetra en el tejido óseo esponjoso del trocánter mayor y el trocánter menor se desprende.
d) La parte posterior del trocánter mayor forma parte del fragmento proximal y el trocánter menor queda desprendido y muy dislocado. Las fracturas b, c y d son inestables.
Clasifica las intracapsulares o mediales en tres grupos y de acuerdo al trazo de la fractura.
Tipo I - Trazo de fractura inferior a 30º; es una fractura “en valgo” y la fuerza de carga procede a aplicar la cabeza del fémur sobre el cuello femoral.
Tipo II - Trazo de fractura en ángulo entre 30º y 50º; la cabeza femoral se desliza “en varo” al no obtener resistencia en la parte superior.
Tipo III - Trazo de fractura en ángulo aproximado a 70º; la cabeza femoral se vuelca hacia adentro y las fuerzas de cizallamiento y de inflexión tienden a abrir el foco de la fractura.
Clasifica las intracapsulares o mediales en tres grupos y de acuerdo al trazo de la fractura.
Tipo I - Fractura incompleta. Es la fractura “en valgo” y si no se contiene mediante tratamiento se puede desplazar secundariamente.
Tipo II - Fractura completa sin desplazamiento. La cortical está rota pero el fragmento proximal no se ha desplazado en ningún sentido. De no contenerse mediante tratamiento puede ocurrir desplazamiento secundario.
Tipo III - Fractura completa con desplazamiento parcial. Es la más frecuente y según Garden se reduce simplemente rotando hacia adentro el fragmento distal, sin traccionar. Es estable y tiene buenas posibilidades de mantener irrigada la cabeza del fémur.
Tipo IV - Fractura completa con desplazamiento total. Los dos fragmentos están totalmente desvinculados uno del otro. La cabeza femoral que está suelta se conserva en posición normal, pero su irrigación queda muy comprometida.