Bronquitis es un término que define a la inflamación de los bronquios. Debido a que éste no es un proceso que afecta exclusivamente a los bronquios, sino que además suele comprometer la tráquea, la patología debería ser llamada en su conjunto traqueobronquitis. La inflamación de esta parte del árbol respiratorio puede cursar como una forma aguda o crónica, o bien, como una afección crónica con reagudizaciones.
La integridad del árbol respiratorio inferior a nivel de los sacos alveolares, es indispensable para preservar un adecuado intercambio gaseoso alvéolo-capilar. En la bronquitis crónica, la destrucción de los tabiques interalveolares altera la estructura normal indispensable, produciendo una importante disfunción en el intercambio de gases desde la pared alveolar hacia la sangre y viceversa.
La bronquitis crónica es un diagnóstico clínico que surge de: tos y expectoración con producción de moco traqueobronquial, en un período de por lo
menos 3 meses al año, en 2 años consecutivos.
Durante el invierno es frecuente la agravación del cuadro, debido a causas concurrentes como por ejemplo las infecciones. A medida que transcurre el tiempo la patología se torna más severa, la tos y expectoración llegan a estar presentes durante todo el año, incrementándose asimismo la frecuencia de las infecciones, requiriendo casi en forma permanente la terapia antibiótica de sostén. Todo este contexto se asocia además, a una dificultad respiratoria progresiva, acompañada de la producción de enfisema.
La persistencia del factor irritativo como por ejemplo el humo de tabaco y otros factores ambientales, determina la cronicidad del proceso en las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC). La broncoconstricción, la congestión de las vías aéreas y la hipersecreción mucosa son clásicas en la bronquitis crónica, como así también las infecciones a nivel del árbol respiratorio.
La bronquitis aguda consiste en un cuadro de inflamación traqueobronquial desencadenado según la causa, en un período de tiempo reducido, inclusive en cuestión de horas.
Esta afección suele producirse, principalmente, en los meses fríos del año, e iniciarse en los cuadros infecciosos con una signosintomatología caracterizada por faringitis, catarro y tos. Por su parte, la tos constituye un signo que puede estar acompañado por otras particularidades tales como: presencia o ausencia de expectoración, aparición en accesos súbitos o ante cambios de temperatura, etc.
Durante el curso de la bronquitis aguda se distinguen 3 fases: catarral, purulenta y ulcerativa. En la imagen se expone el aspecto interno del bronquio durante la fase catarral, caracterizándose por gran congestión y edema de la capa submucosa, otorgando a la superficie interna el típico tinte rojo brillante.
El edema contribuye asimismo a la disminución de la luz bronquial. En esta etapa evolutiva la secreción mucosa tiene un aspecto acuoso y claro, para tornarse espeso y de color amarillento hacia la fase purulenta. El estadio siguiente corresponde a la fase ulcerativa, durante la cual se produce la descamación de la capa más interna, hallándose ésta en contacto directo con la luz.
En el enfisema se produce un aumento de tamaño de los espacios aéreos terminales, debido a la dilatación y/o destrucción de los tabiques interalveolares y de otras estructuras respiratorias. La integridad de las paredes alveolares se mantiene gracias al balance entre dos sustancias: la elastasa y la a1 antitripsina. La elastasa contribuye a la degradación de las paredes alveolares alterando su estructura, mientras que la a1 antitripsina es un factor protector de la pared que permite mantener la tensión superficial de la misma, necesaria para la entrada de aire y el posterior intercambio de gases. En el fumador crónico, el mencionado balance se encuentra alterado a favor de la elastasa.
Presión alveolar disminuida
El calibre de la vía aérea depende de: la presión dentro de la luz, la presión que genera la pleura y la tensión superficial sobre la pared del alvéolo y bronquiolo anexo. A su vez, la presión dentro de la luz se halla en relación con la elasticidad del alvéolo y la presión pleural.
Presión alveolar Normal
La pérdida de elasticidad de la pared del alvéolo con la consecuente disminución de la presión dentro de la luz son características, determinando durante la fase espiratoria el colapso de esta
parte de la vía aérea, dificultándose la salida del aire retenido en el alvéolo.
El índice de Reid es una relación entre el espesor que ocupan las glándulas mucosas dentro de la submucosa de la pared del bronquio, y el espesor total de dicha pared. En el bronquio normal dicha relación es de aproximadamente el 0.4, mientras que en la bronquitis crónica puede llegar al 0.7 o aún más.
Debido a que las condiciones de ventilación/perfusión en la bronquitis crónica pueden variar de acuerdo a los territorios pulmonares comprometidos y a los territorios pulmonares respetados, los gases (CO2 y O2) a nivel sanguíneo dependerán principalmente de la integridad funcional de dichas estructuras.