El estudio de la artrosis forma parte de una de las áreas dentro de lo que normalmente se conoce como reumatismo. La artrosis define al deterioro progresivo del cartílago articular y otras alteraciones que se producen en los tejidos circundantes a consecuencia de la lesión original. Si bien todas las estructuras articulares pueden estar afectadas, los cambios anatómicos se localizan principalmente en el cartílago articular y el hueso yuxtaarticular.
La cápsula articular puede ser dividida en dos partes: la capa fibrosa y la membrana
sinovial. La capa fibrosa está constituida por una trama de tejido conjuntivo colágeno
rígido y tiene, principalmente, una función mecánica. Del lado de la cavidad articular
se halla la membrana sinovial, formada por tejido conjuntivo laxo. La cápsula articular
es una zona ricamente irrigada e inervada, y diferentes sustancias garantizan, a dicho
nivel, la presencia de una película lubricante continua entre las superficies
articulares, cubriendo en la articulación normal toda la superficie del cartílago.
A pesar que la artrosis es la más común de las enfermedades reumáticas, su patogénesis
no está perfectamente aclarada. Podría ser una afección secundaria a otras enfermedades
que causan el deterioro y la deformidad articular, o bien ser originada por repetidos
traumas articulares. Es sabido que su incidencia se incrementa con el avance de la edad, y
que la patología difiere de aquellas productoras de otras enfermedades reumáticas
inflamatorias, como por ejemplo la artritis reumatoidea.