Son alteraciones del ritmo o de la conducción del impulso cardíaco. En este contexto pueden afectarse la frecuencia, el ritmo o el lugar de formación del estímulo. La frecuencia de los trastornos de conducción que se presentan en el curso de la evolución de un infarto agudo de miocardio es una de las principales causas de que este evento requiera la internación en unidad coronaria. Algunas de ellas no pueden ser tenidas como de curso benigno y requieren de una acción terapéutica inmediata. El 60% de estos pacientes son pasibles de bradiarritmias o taquiarritmias que se reparten equitativamente en proporción a esta cifra. La muerte súbita es una de las eventualidades ocasionadas por la brusca irrupción de un trastorno de conducción cardíaco (arritmia).
Es el aumento de la frecuencia cardíaca por arriba de los 100 latidos por minuto en los adultos y en los mayores de seis años. A veces esa frecuencia auricular está bloqueada a nivel del nódulo auriculoventricular (taquicardia auricular con bloqueo, fibrilación auricular, aleteo) y la respuesta ventricular es menor. En los ritmos ectópicos, como la frecuencia propia del nódulo auriculoventricular es de 40 a 60 y la de los ritmos idioventriculares de 35 a 40 latidos por minuto, cuando aumenta (aunque no supere los 100 latidos por minuto) se habla de taquicardias de la unión auriculoventricular y ventricular lenta. La taquiarritmia supraventricular transitoria puede estar acompañada por dolor precordial, por isquemia o por colapso hemodinámico que requieren una rápida cardioversión eléctrica. Entre el 10 y el 15% de los pacientes con infarto en período de evolución sufre fibrilación auricular.
La bradiarritmia es una arritmia común en los pacientes que cursan con infarto de localización inferior. El bloqueo AV completo conlleva una mayor tasa de mortalidad durante la evolución de un infarto de miocardio.
El impulso cardíaco se origina en el nódulo sinoauricular (marcapasos cardíaco efectivo) y, a través de un sistema de fibras especializadas que constituyen sólo una pequeña parte de la masa muscular cardíaca, se desplaza por las aurículas, haciéndolo en primer lugar por la derecha. Ello es consecuencia de la ubicación de este nódulo: en la unión de la vena cava superior con la misma. En su marcha normal, el impulso se dirigirá al nódulo auriculoventricular y luego al haz de His que, con sus ramas derecha e izquierda, se distribuirá por el endocardio -por la red de Purkinje- sobre ambos ventrículos.